miércoles, 29 de septiembre de 2010

...el pedazo de una canción

Solo sintió ira, tristeza y desconcierto ¿Bajo los efectos de esos sentimientos quien actuaría con cordura?... Ella no. Se colmó de una ingenuidad mentirosa y guiada por las sensaciones equivocadas busca a la persona equivocada para actuar de una forma equivocada y aunque no dejó secuelas visibles, sí dejó un "mal sabor de boca".

Lo pensó un par de días, buscó el número y cuando la noche se hizo indecente llamó. Él no ocultó su sorpresa, ni ella la suya al escucharlo al otro lado del teléfono. Se regalan un par de sonrisas y se hacen las preguntas típicas de una conversación casual para no hacer tan obvia la verdadera razón de la llamada "poseo una ira que me devora, me siento sola y... necesito compañía". Bajo esa premisa ¿qué hombre sensato le diría no?

Se ven en el día, la luz la hace más consciente del error que va a cometer, hace menos evidente el motivo del encuentro y la anima a no echarse para atrás. Suben, la habitación luce acogedora, ella hace unas preguntas para sentirse en confianza ¿por qué las paredes de ese color? ¿Esas fotografías de donde son? ¿Puedo desordenar tu cama?. Momentos después él dice -¿qué quieres hacer?- y esa es la pregunta que dará inicio a lo que terminará mal.

Queda claro que eso es sólo un encuentro casual, él quizá lo disfrute, ella lo hace por despecho (aunque en el fondo espera disfrutarlo). En ese juego de miradas, palabras y acciones ella nota que este sujeto no la conoce en lo absoluto, no sabe observarla ni mucho menos tocarla lo que la lleva a recordar más que siempre al personaje que intenta "olvidar". Frustrada lo único que le queda es fingir un placer que nunca sintió y para terminar lo que equivocadamente empezó se fuma un cigarrillo que silencia un corazón que no deja de reprocharle el error que cometió.


martes, 21 de septiembre de 2010

porque me gustan tus ojos cuando te hablo.


Hace unos días me encontré con este exquisito largometraje que atrapa y transporta con cada imagen, enamora y te hace sentir lo que cada uno de sus personajes representa y con un dialogo maravillosamente soez que repruebas pero no quieres dejar de escuchar.

Te recuerda la adolescencia marcada por "el primer amor", atrevida, seductora y erótica sin ver más de lo obvio o escuchar más de lo necesario. La simplicidad de la historia te absorbe y la fantasía de estar al lado de una lolita inocente y dañada al mismo tiempo te convierte en un protagonista ansioso de descubrir la verdad que la envuelve.

Y no duden en hacerse poseedores de la banda sonora, es estupenda.


Película francesa del año 2004 dirigida por Ziad Doueiri

Link de descarga:
http://new.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/5089307/Las-fantasias-de-Lila-_Lila-dit-_a_-_sub-esp_-_MU_ZS_RS_.html

sábado, 18 de septiembre de 2010

"SEPTIEMBRE"

Está es "mi cancíón" para estos días de septiempre y quizá para otros días. Es alegre, me despierta, me emociona, me saca una que otra sonrisa y... es inevitable no moverse al escucharla.



¡Feliz Día!

domingo, 12 de septiembre de 2010

Los Arrebatos del Silencio

¡Miren lo que me encontré, un recuerdo de hace mucho mucho tiempo!

Cumplí diez años el día que Mónica tropezó conmigo y botó el dinero que llevaba para el encargo de su abuela. Lo recuerdo como si hubiera pasado horas atrás. Sus ojos cafés muy abiertos me dejaron claro lo asustada que estaba además de ser la niña mas hermosa que mis ojos vieron en ese cumpleaños, con dos trenzas que ataban la rebeldía de su melena. La ayude a recoger las monedas; torpemente las recibió, no dijo nada y así mismo se fue. Desde la noche de mi cumpleaños número diez Mónica hizo albergue en mi mente.

Todos los días salía para verla así fuera de lejos, pero al parecer vivía castigada porque muy poco se le veía fuera de su casa, salía únicamente para cumplir con los mandados de su amargada abuela Doña Zocala y para asistir a la escuela de señoritas del pueblo. Era casi imposible tener algún tipo de contacto con ella pues cuando iba a la escuela su abuela la acompañaba, no la dejaba mirar a ningún lado y la esperaba una hora antes de salir. Cuando salía por los encargos iba corriendo, se devolvía igual y su abuela la esperaba en la puerta. Yo la llamaba con silbiditos esperando que me premiara tan solo con una mirada pero jamás lo hizo. Así pase unos cuantos cumpleaños más, observándola desde diferentes ángulos de la calle.

Desesperado una noche sentado entre las ramas de un árbol lleno de polillas, les pedí que por favor devoraran mis sentimientos por ella, pues como veía las cosas yo para ella no existía. Cruzar una mirada con Mónica era más difícil que querer olvidarla. Esa noche no me moleste en cambiarme de ropa, me tiré en las sabanas desordenadas de mi habitación y al cerrar los ojos una voz me pregunto al oído -¿Que estás dispuesto a dar para tener el privilegio de observarla como nadie lo pudiera hacer nunca?- Entonces recordé las imágenes de ella recogiendo el dinero y de los tantos días que la perseguí para poder siquiera rozarla y nunca lograr nada, así que sin pensarlo mucho entre mis sueños respondí: -ofrezco mis ojos, mis manos, mis piernas, mis pensamientos, todo- y la voz termino mi respuesta con un -así será-.

Al siguiente día mis ojos se abrieron como si fuera la primera vez, para captar esa inaugural imagen del día: Mónica acostada de lado en su angosta cama, acurrucada y abrigada por una sabana que la cubría del frió que tal vez sintió esa noche. No entendí lo que sucedía, sinembargo era feliz de poder verla de esa manera. Era hermosa, su cabello oscuro energizaba todo a su alrededor, sus parpados entre cerrados dejaban ver el color café oscuro de sus ojos y esas mejillas rosas no desentonaban en nada con sus delgados y rojos labios. Poseía la piel más suave que nadie quisiera tocar y la sonrisa más bella que nadie jamás quisiera olvidar. Se acerco a mi y yo mas emocionado que nunca sentí la necesidad inmediata de llevar mis manos hacia ella pero... no controlaba ninguna parte de mi cuerpo. Consternado lo intente de nuevo y en ese momento ella acaricia mi rostro y dice “buenos días pequeño Juan Martin”, le quise decir que ese no era mi nombre pero no sabia como mover mis labios. Asustado me percate que Mónica era mucho mas grande que yo y gracias al reflejo de la ventana pude ver la nueva imagen que poseía: era un muñeco de arcilla con pelo negro hecho en lana, vestido con un pedazo de tela a cuadros remendados la cual era mi camisa y un pantalón corto color verde que tenia un cinturón pintado con marcador oscuro.

Se cumplió lo que ofrecí por estar cerca de ella, una polilla devoro mis ojos, mis manos, mis piernas convirtiéndome en el muñeco de arcilla de Mónica, no sabia si estar feliz por cumplir mí anhelado deseo o querer suicidarme por no tener vida, aunque no sabía si la tenía para poder hacerlo. Después de los “buenos días”, Mónica se vistió con un par de trapos sucios y se fue, regresó en la noche con los ojos rojos de tanto llorar, dijo en voz alta ya no tener motivos para soportar los abusos de su abuela. Ese día se enteró por las comidillas del pueblo que el niño de las “mechas bonitas”, como ella lo llamaba, dejaría de perseguirla y llamarla a silbidos pues su vida se la había llevado el ángel de la muerte la noche anterior sin explicación alguna, dejando solo el cuerpo extendido en la cama.

Su reacción me dejó abrumado, yo creí que ella no se había percatado de mi existencia, pero me equivoque pues ese niño se había convertido en su esperanza, su ilusión, su motivación para aguantar la insoportable vida que llevaba. Saco miles de dibujos donde el niño de las “mechas bonitas” era el protagonista, mis ojos querían explotar en lagrimas pues por un miedo absurdo nunca tuve el valor de liberarla de su realidad y haberla amado como ella esperaba que algún día lo hiciera. Ahora ella sufría por creerme muerto sin saber que el niño de las “mechas bonitas” se llamaba Juan Martin, su muñeco de arcilla.

Esa noche una polilla se paró encima de su cuerpo, lo iluminó y se lo llevó. Desde esa noche espero a esa polilla para que me ssque de este cuerpo de arcilla y me lleve con Mónica, quien creyéndome muerto pidió morir también y acompañarme en ese lugar donde la muerte jamás me llevo.



...una historia paralela.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Tu Canción

(Un maravilloso recuerdo...)

Hoy descubrí, que en realidad
no es necesario, mirar hacia atrás...
hoy encontré, algo en ti
en tu forma hablar, en tu forma de ser...
y en realidad no creo que vaya a perder
esta oportunidad, de poder creer en una ilusión
que me pueda llevar a encontrar
lo que siempre espere poder entregar, lo que siempre he querido recibir
y en realidad no se qué hacer ya, cuando miro tus profundos ojos.

Y estoy aquí, pensando en ti
en tu forma de ser, en tu forma de hablar
pensando mas, pensando nada
pensando solo, en tu canción

Y recuerdo aquella vez, que pensando en ti me sonrei,
y recordé tu voz,
recuerdo aquel momento en que no sabía que podia esperar
y no pienso seguir ocultando, ante todo está mi razón
lo que siento no es algo extraño,
ya no controlo esta situación.

Y suspirando, reflexionando
y recordando mi vivir,
no encontré nada igual
como lo que me haces sentir
y sigo pensando, si sigo adelante...
¿Será que esta canción me ha de ayudar?
Solo un momento de decisión y de verraquera necesito,
y ya te estoy confesando, que yo te quiero todo un monton,
algo extraño pasa por mi mente
cuando simplemente oigo tu voz.

Ahora me voy, ahora te dejo
solo esperando, que pienses en mi
espero que entiendas
lo que hoy, te quise decir.

F. 3-03-04. 1:25 a.m.

viernes, 3 de septiembre de 2010

...día de por medio.

Como contar esta historia, ni siquiera es una historia es un estado emocional que se repite cada día de por medio (fenómeno inexplicable y desgastante).

UN DIA te despiertas y el cielo es asombrosamente azul, el sol te llama a saludarlo, la cama te produce alergia, la comida que pase por tu boca es un solo manjar y la gente luce bellísima. Quieres que el mundo se entere de lo hermosa que eres y mientras lo presumes caminando en medio de la nada el viento te susurra pilatunas que te hacen sonreír. Y si estas en la calle y de repente la lluvia te sorprende, no te preocupas en buscar un lugar donde resguardarte ¡no!... la invitas a bailar contigo y fascinada te vuelves uno con la lluvia.

AL DIA SIGUIENTE, el sol toca tus ojos y buscas una almohada para espantarlo. Te cubres de pies a cabeza con dos gruesas cobijas que no dejan espacio ni para el aire. Quieres seguir durmiendo para siempre, pero es imposible pues los pensamientos dolorosos te atrapan para torturarte el resto del día. La comida te parece un premio así que decides castigarte con la esperanza de que eso te haga morir. Después las horas parecen estancarse en burlas y reproches de terceros que no entenderán jamás tu "idílico estado" lo cual te produce un vomito imparable en el corazón.

Al final te encierras en la habitación, pones música que disfrace tu tristeza y te despojas de la ropa que abriga, quedando lo necesariamente descubierta para que te agarre una gripe fuerte. Te sientas en el suelo, lloras hasta aburrirte y... lo mejor de todo esto, es que no estás lo suficientemente desconectada como para no dejar que el "al día siguiente" se acabe y darle la oportunidad al "un día" de volverte a sorprender con un baile en la lluvia.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Eleno

Recuerdas cuando caminaba con esos pantalones cortos por la carretera buscando llamar tu atención con un elogio inocente? Pues en esta época de mi vida los elogios cansan y no son precisamente inocentes, los escucho de un "el que sea" y claramente no estoy interesada en ninguno de esos "el que sea".

Era más fácil ser la niña de 13 años de aquel tiempo, esa que no esperaba nada de nadie y solo sonreía para que tú la vieras. Caíste a la segunda sonrisa, y yo caí con tu caída. Esa noche llegó presurosa y sin admitirlo estaba preparada para agudizar mi oído al sonido del portón que separa la calle de la que en aquel entonces era mi casa. ¿Contaste los pasos para llegar a mi casa?

La sorpresa de la noche nos invitaba a recorrerla, pero el control parental nos obligó a adoptar lo que separa la entrada de la casa con la calle como nuestro "lugar de encuentro" (el andén). Recuerdo el brillo en tu mirada cuando tus ojos se encontraban con los míos y las maromas en tus palabras para convencerme de sentir un roce sutil de tus labios contra los míos. ¿Eso era todo lo que querías de mí?

La ingenuidad de esa época me hace añorarla, soñábamos despiertos con un beso, con tocar con un dedo tu mano, con hacerte sonrojar, con enamorarte cada momento para que volvieras la noche siguiente. ¿Cuantas veces te enamoré?

Los años pasaron, tu eres... quien quiera que seas ahora y yo soy la que recopila los mejores momentos de su vida en palabras y recuerdos con colores. ¿Volverías una noche más, para darte ese beso que el destino nos escondió durante tanto tiempo?