viernes, 24 de diciembre de 2010

"DICIEMBRE"

Para éste mes he escuchado un sin número de canciones viejas, contemporáneas, en diferentes idiomas y muchas de ellas con una lírica espectacular, de esas que describen tu vida y tus deseos con melodía. Un día quise compartir cierta canción románticamente divertida, otro día quise compartir una canción que describe parte de las sensaciones que experimento últimamente... en tu idioma (pero ésa la dejamos para después) y cuando menos esperaba escuchar las palabras indicadas para éste mes, encuentro a uno de mis artistas favoritos diciéndo en varias frases lo fantástico que es el amor, y para esta época navideña donde solo hay espacio para el amor... es perfecta.

Y para no extender mis palabras, los dejo con una prueba del estado fantástico en el que se encuentra mi mente, mi piel, mi corazón y lo que no es... porque definitivamente lo que siento "es tan evidente que no le importa desnudarse ante la gente". ¡como que lo quiero!



...fue el video menos cursi que encontre jaja, solo presten atención a la letra - ojala todos se sintieran asi SIEMPRE -. Disfrutenla o como quieran y FELIZ NAVIDAD!

domingo, 12 de diciembre de 2010

CAPITULO III. EL SITIO DE LOS DULCES

Me levanté temprano ese martes, con una energía inquieta contagiada de una alegría sin motivo o tal vez sí lo tenía. Tomaba el desayuno en compañia de toda la familia, mamá y hermano, era extraño pues nunca estaban. Se escuchó el horrible pitido del citófono, mamá se levanta del comedor para contestar, la escucho saludar amablemente y termina su charla diciendo, –si, ya baja –. Luego sale su cabeza de la cocina con la mirada puesta en mí para decir que me están esperando abajo. Me pregunté con extrañeza quien me buscaba a esa hora, pero no imaginé a nadie y tampoco le pregunté a mi madre quien me esperaba.

Terminé con el pan y fui a lavar mis dientes, use el mismo pantalón de los últimos dos días y fui a ver quien era, para mi sorpresa era Lucia. La vi de espaldas, estaba hermosa llevaba de nuevo una falda, esta vez color rosa, ceñida a su deleitante “parte de atrás” y a una altura que dejaba al descubierto sus delgados pero bien formados muslos. Llevaba una blusa blanca sostenida con una tira a cada lado que apretaba afinadamente su torso y usaba sandalias de esas para no salir muy lejos de la casa. Mi facha era pésima, usaba la misma ropa desde la primera vez que nos vimos, no quería que me viera así pero ya era tarde para devolverme, ella volteó al instante esperando que me acercara para escuchar lo que iba a decirme. Llegué a ella y tenía para mí una invitación a comer dulces, acepté proponiendo la hora de encuentro, seis de la tarde. Me disculpe por mi ropa, ella dijo no importarle y admitir estar recién levantada, así que no pensó mucho en la ropa que llevaba cuando salió de la casa, aunque para mí estaba perfecta. Sonrío y de igual forma respondí, así fue la despedida hasta las seis.

Entré, mamá pidió que terminara de comer pero ya no tenía apetito, solo podía pensar en que iba a lucir para las seis de la tarde. Ella se molestó porque ignore su petición, pero la calme con un –si mamá, terminaré en un momento…–. No es que me importe mucho como me vea, pero para esa ocasión si. Pasé horas frente a espejo, saqué todo mi ajuar del armario, hice mil combinaciones, nada me gustaba, terminé con un atuendo que no cumplía las expectativas, pero era lo menos malo entre todo lo que me probé. Llegó a las seis pasadas dos o tres minutos, se puede decir que fue puntual; lucía increíble, de solo recordarla se me antoja de sobremanera tenerla aquí a mi lado vestida como ese día. Me excitaba creer que se vestía así para mí pero era tonto pensar eso. Llevaba un vestido a cuadros cafe, corto y sencillo. Yo en cambio vestía ropa oscura, simple. Me vio y lo primero que dijo fue –te vez bien–, si ella pensaba eso entonces sirvió estar tantas horas frente al espejo. No dije nada, pero ella parecía un sueño.

Tomamos el bus que nos llevó hasta el centro comercial más popular de la zona. Reímos, hablamos de la familia, de sus gustos de los míos, detalles tontos de nuestras vidas, esos que se cuentan cuando se está conociendo a alguien. Le pregunté donde comeríamos dulces y por que dulces, dijo - te voy a enseñar uno de mis planes favoritos, ojala lo disfrutes -. Con ella yo disfrutaba lo que fuera, pensé. Sonrió y dijo que ya estábamos cerca, yo estaba impaciente por llegar al “sitio de los dulces”, para mi sorpresa resultó ser el local ése rosado donde hay muchos cubos transparentes llenos de gomas con formas de osos, gusanos, dientes y cuanta figura existe… en fin, no lo esperaba. Nunca había entrado a un sitio de esos, pues era muy rosado y dulce. La gente miraba extraño pues como dije el sitio era muy rosado y yo no. Lucia fue hasta la caja donde le dieron dos bolsas transparentes con figuritas de color rosa para variar, –toma, ahora echa todos los dulces que se te antojen, no te preocupes por el peso, yo invito – y guiñó el ojo.

Me aproximé hasta el cubo más popular, el de los “ositos”, eran los favoritos de ella y de mucha gente, podría decir que son mis favoritos también, aunque los "dracula teeth" son riquísimos. Mientras inflábamos la bolsa de gomas ella me contaba que lo hacia frecuentemente sola, pues no tenía con quien compartir ese tipo de momentos. –Me encanta hacer esto, escoger la forma y el color de la goma, aquí olvido la realidad que me aflige, además son adictivos. Aquí gasto todos mis ahorros semanales –. Se veía feliz, cada grupo de osos que agarraba con la pala amarilla la divertían. Era como ver una niña escogiendo la Barbie en el “Palacio de los Juguetes”. Me complacía acompañarla y no dejaba de mirarla. Las ondas desordenadas que formaban su cabello caían a un lado tapando su perfil, ella los recogía con su mano fijándolos entre su oreja pero su cabello parecía tener vida propia. A mi me hechizaba ver las curvas de su cabello moverse con el viento. Lucia en cambio deseaba tener mi cabello que es como una babaza, liso y sin gracia–, a lo que ella respondió, –mmm no... tu cabello es dócil, delicado y fascinante. Te hace ver interesante con un toque de misterio, además es negro o sea todas las cualidades anteriores pero al doble. El color le da ese poder –. ¡Que bien!, algo mas que le gustaba de mí ese día, yo le daría mi babaza si eso la hace feliz.

Tardó horas escogiendo dulces, pues ella se demoraba buscando los osos color rojo, llenó dos bolsas con ellos y solo fueron dos porque yo me desesperé con su lentitud. Costosa cuenta pagó ese día, comprar gomas por peso no es rentable, pero a ella la hacía felíz. Caminamos por todo el centro comercial mientras mordíamos osos y dientes. Me preguntó que tan a menudo lloraba, –yo no lloro con frecuencia. Hace mucho de la última vez que lloré…–. Preguntó el por qué de esa última vez. No era lo más grato de recordar, fue un mal episodio de esos que definen tu vida. Ella insistió, así que no pude negarme.



...disfrutenlo!