martes, 27 de agosto de 2019

Entrada esporàdica como tus miradas ja!

El otro día tenía la mente tan nublada, que ni años había cumplido. ¿Cuantos tengo? Treinta o treinta y uno, o próxima a los treinta y dos. En todo caso, no es la edad lo relevante aquí, son los descubrimientos que vienen con ella, como las expresiones faciales marcadas de forma trágica en la frente, la boca, al lado exterior de los ojos. Las chichis tal cual la película esa, con Cameron Diaz en chingue de baño de bandera americana, las noches que se disuelven como alka seltzer en agua, porque a las 9 pm, el cerebro y el cuerpo no funcionan en paralelo. 


Al repensar las chichis de la Cameron; no son esos remarcables signos de la edad lo relevante aquí, son las historias que rememoramos en cada uno de esos signos para avanzar. Es fuerte probable, que sea la razón por la cual pensaba en la edad, para reconfortarme sabiendo que me queda tiempo para hacer todo lo que soñé en mi trivial adolescencia, o, al contrario, si tengo que empezar a preocuparme por encontrarle un sentido ùltimo a mi existencia, cual adulto treintacuarentiañero decidiendo que es más importante para su vida, el ultimo iPhone o la vacación en la playa donde se estrellô un avioncitu de Pablo Escobar.


Esta imagen no me pertenece

El sentido ùltimo de mi existencia suena entre muy pomposo y bastante ambiguo, lo que me trae a pensar, no son las historiecillas lo contundente aquí, son las motivaciones para desarrollar la trama en ellas. A mí, la motivación se me alborota cuando no duermo, cuando los ojos me pican de tanto ver estupideces en el celular; cuando todo el pueblo se fue de vacaciones y yo me quedé en la ciudad para aprovechar de la calma, cosa que es mentira, y aquí abro paréntesis. 
-Porque es la época aparentemente ideal para perturbar el funcionamiento de las instalaciones de interés público (dícese el metro), y recluirnos en latas cual atún compacto, durante un periodo efímeramente largo, que nos mezcla sin contemplaciones con cada individuo humano que, como yo, se quedó a aprovechar de la calma, o más bien, de la falta de tiempo/dinero/compañía para partir como el resto de la población bien portada de nuestra sociedad capitalista. Y, no me malentiendan, yo soy la más capitalista de todas, es solo que tengo otros planes. Y que me desvío, o; tal vez no.- Cierro paréntesis.

Motivación alborotada, sigamos, siento que este si es el camino correcto para lo que hoy me quiero decir. Una vez, hervidita de tanta historia sin esperanza (gracias Stephen King), noches largas por los cambios hormonales, climáticos (o vaya usted a saber que más …), periodo vacacionero pero sin vacaciones, adicción a las agüitas aromáticas, etc. Se puede decir que he creado la mezcla infalible para animarme a escribir (lo que sea) y salir triunfadora a pesar del pobre mensaje transmitido. 

Después de esporádicos dos o tres años, si, es un triunfitu.



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